Parálisis súbita en perros: Causas y polirradiculoneuritis canina

Parálisis súbita en perros: Causas y polirradiculoneuritis canina

Devid Macrite

Para quienes siempre están atentos a cualquier problema que pueda presentar la mascota, es fundamental estar atentos y conocer las causas de la parálisis súbita en perros.

Las razones son muy variadas, pero hay algunas más importantes que otras.

En general, cuando hay un cuadro de parálisis, significa que el perro tiene una alteración nerviosa, ya sea periférica o central.

Por lo tanto, cualquier signo de dificultad en la locomoción sirve de advertencia. En estos casos, considere la posibilidad de llevar a la mascota a una consulta con el veterinario.

En este post hablaremos un poco más sobre las principales causas de la parálisis súbita en perros y cómo prevenir y tratar el problema.

¿Cuáles pueden ser las causas de una parálisis repentina en perros?

En primer lugar, hay que decir que la parálisis repentina en los perros es algo que preocupa mucho a los cuidadores.

A menudo aparece sin previo aviso y causa un gran daño a la vida de la mascota. Y en estos casos, es necesario identificar rápidamente la causa del problema e intentar tratar las causas lo antes posible.

Los traumatismos, la presencia de parásitos y virus son sólo algunos de los problemas asociados a la parálisis súbita.

Otra cuestión importante que hay que entender es que cuando hablamos de parálisis repentina, en realidad puede ocurrir de repente, o incluso parecer repentina.

En estos casos, normalmente la causa original ya ha aparecido hace mucho tiempo, pero el animal manifiesta los efectos tardíamente, confundiendo tanto a los tutores como a los profesionales.

En los próximos temas conocerás algunas de las posibles causas de la parálisis súbita en perros. Mira cuáles son:

Trombo o coágulo

Lo que ocurre en este caso es que si el animal tiene algún problema y se forma un coágulo, éste puede acabar obstruyendo alguna región del cuerpo del animal y dificultar su locomoción.

Dependiendo de dónde el coágulo cause la obstrucción, puede producirse un gran compromiso vascular o el animal puede sufrir una parálisis repentina.

Polirradiculoneuritis idiopática aguda

Aunque esta palabra pueda sonar bastante extraña, la explicación básica del problema es bastante sencilla.

Esta afección no es más que una inflamación de las raíces nerviosas de los nervios periféricos. En cierto modo, se trata de una afección muy parecida al síndrome de Landry-Guillain-Barré humano.

Aunque se trata de una enfermedad con una incidencia extremadamente baja en humanos, sigue representando la polineuropatía más común en la clínica.

El problema puede surgir incluso en situaciones de estrés o debido a la vacunación, por ejemplo.

En estas ocasiones, los primeros signos neurológicos suelen aparecer entre 7 y 14 días después del agente causal.

Generalmente el animal empieza a presentar problemas para caminar y, más tarde, flacidez en las extremidades.

Con la laxitud en las cuatro extremidades, se manifiesta la tetraparesia, que generalmente evoluciona hacia la tetraplejia.

Cuando esto ocurre, es habitual ver que el animal tiene hambre, sed y sigue orinando y defecando, pero no es capaz de levantarse.

Se considera una enfermedad grave que afecta al sistema nervioso, comprometiendo el funcionamiento de los nervios craneales o de los nervios raquídeos, que salen del cerebro y de la médula espinal, respectivamente.

Hay casos en los que los músculos responsables de la respiración están implicados y comprometidos.

En esta situación, si no se revierte la situación, el animal puede presentar una parada respiratoria que le llevaría a la muerte.

Toxicidad por ingestión de nueces de macadamia

La macadamia es uno de los alimentos más tóxicos para los perros, que puede causar problemas graves en función de las cantidades ingeridas.

En casos más graves, además de provocar temblores, debilidad, agitación, vómitos y diarrea, la ingestión de cantidades importantes de macadamia puede causar parálisis repentina en los perros.

Estos signos pueden aparecer hasta 12 horas después de la ingestión de nueces de macadamia, y porciones que varían entre 2,4 y 62,4 g/kg de peso animal son suficientes para causar daños.

La parálisis súbita en perros aparece como una afección que evoluciona y posteriormente puede retroceder al estado natural del animal.

De todas formas, en los casos en los que la intoxicación lleva a un cuadro más grave, lo más recomendable es que el perro sea internado para tratar los signos presentados.

El profesional debe tener siempre en cuenta que los sistemas afectados son el gástrico, con vómitos y diarrea, y el nervioso.

Por lo tanto, es de vital importancia que los guardianes tengan cuidado al compartir alimentos con sus mascotas.

Las nueces de macadamia, junto con el chocolate, representan uno de los ingredientes más arriesgados para la especie canina. Por eso es tan importante saber qué pueden comer los perros y qué no.

Parálisis por garrapatas

Algunos tipos de garrapatas pueden causar graves problemas cuando se alimentan de la sangre de los perros.

Es el caso de los parásitos de los géneros Dermacentor y Amblyomma. Especialmente las hembras se alimentan de sangre animal y pueden provocar parálisis repentinas debido a las neurotoxinas presentes en su saliva.

En este caso, la parálisis suele producirse algún tiempo después de la adhesión de la garrapata a su huésped, más concretamente entre 6 y 9 días después.

Obviamente, no todas las garrapatas poseen este tipo de toxina y, por tanto, no todos los perros que entren en contacto con una garrapata desarrollarán la enfermedad.

De todos modos, es importante tener en cuenta que cuando esto ocurre, las toxinas afectan principalmente al sistema nervioso periférico y neuromuscular.

También puede haber una disfunción de los nervios craneales, que conduce principalmente a la parálisis facial.

Además, los nervios que controlan el diafragma pueden verse afectados, llevando al individuo a una parada respiratoria, que es una afección bastante grave.

La toxicidad por organofosfatos provoca parálisis repentina

Muchos insecticidas de uso común tienen organofosfatos en su composición y se trata de una clase de compuestos muy tóxicos, tanto para los animales como para las personas.

El contacto con organofosforados es una de las principales causas de parálisis repentina en perros, que puede producirse por ingestión, contacto con la piel o inhalación.

La parálisis se produce cuando el sistema nervioso se ve directamente afectado, de modo que el animal presenta temblores, espasmos musculares y, en los casos más graves, parálisis.

En caso de intoxicación, también se ven afectados los sistemas cardiovascular, gastrointestinal, oftálmico y respiratorio.

Una lesión o traumatismo puede causar una parálisis repentina

Es muy común que se produzca una parálisis repentina en casos de lesiones y traumatismos en la columna vertebral. La parálisis completa se produce cuando el daño se produce en la parte más baja de la columna vertebral, paralizando incluso las patas traseras del animal.

Esto se debe a que se produce una rotura de la médula espinal, que es una estructura fundamental del sistema nervioso central.

Infecciones víricas

Existen varios tipos de infecciones víricas capaces de provocar una parálisis repentina en los perros. Entre ellas, la más grave y preocupante es la rabia.

En este caso, primero se produce una parálisis de la mandíbula y después también se ven afectadas las extremidades.

En esta situación, hay una afectación del sistema nervioso central. Se trata de una situación muy grave, que no tiene cura eficaz.

Por ello, hasta los días actuales lo mejor es prevenir la aparición del problema mediante la vacunación de todos los perros desde los primeros meses de vida.

Afecta al sistema nervioso central y hasta ahora no tiene cura.

Hernia discal

La hernia es otra de las principales causas de parálisis repentina en los perros. Esto se debe a que cuando surge esta afección, se produce un desplazamiento del material que existe entre las vértebras.

Sirve para absorber los impactos y proporcionar mayor movilidad, y cuando no está intacto, causa problemas.

Con esta afección establecida, los discos acaban degenerando, provocando una afección extremadamente dolorosa debido a la compresión de la médula espinal.

Teniendo en cuenta que la hernia discal es una enfermedad muy dolorosa, es bastante habitual que los animales que la padecen se vuelvan más apáticos y se muevan mucho menos.

En los casos más graves, el dolor para moverse se hace insoportable y la mascota acaba con parálisis de las extremidades anteriores y posteriores.

Parálisis súbita en perros - Moquillo

Como se dijo, en muchos casos la parálisis súbita ocurre por una enfermedad viral, y es muy común ver en la clínica animales que presentan parálisis por el virus de la cinomósis.

Pero cuando éste es el problema, también hay otros signos que acompañan o preceden a la parálisis.

Las principales son: vómitos, diarrea, pérdida de apetito, secreción de los ojos y fiebre.

Mielopatía degenerativa

Se trata de una afección muy común en algunas razas, como el bóxer, el pastor alemán y el rottweiller.

Cuando este tipo de problema se instala, afecta a la médula espinal de la mascota, provocando una pérdida progresiva del movimiento de las extremidades.

En este caso, el diagnóstico puede ser bastante complicado, sobre todo porque los signos son muy similares a los que se observan en las hernias discales.

Por lo tanto, es de suma importancia que un veterinario especializado siga el caso y realice un triaje detallado en busca de un diagnóstico preciso.

Parálisis súbita en perros - Neoplasias

Cuando un animal presenta una parálisis repentina, debe sospecharse que puede haber una neoplasia.

En este caso, como en otros, el animal empieza a presentar dificultad para caminar y luego pasa a tener atrofia y, más tarde, parálisis.

¿Existe algún tratamiento para la parálisis súbita en perros?

Antes de poder hablar de cualquier forma de tratamiento para la parálisis repentina en perros, es esencial que se diagnostique al animal cuál es exactamente la causa del problema.

Como puede ver, hay varias causas posibles para la parálisis repentina en perros y, es esencial buscar formas de tratamiento que sean específicas y eficaces en cada caso.

En casos de parálisis repentina debida a un traumatismo, por ejemplo, el tratamiento recomendado suele ser la cirugía.

Por otra parte, en algunos casos es necesario tratar diversos tipos de infecciones. En otras situaciones, debe llevarse a cabo un tratamiento toxicológico.

Parálisis súbita en perros - ¿Qué hacer si el perro muestra signos de parálisis?

La parálisis súbita es un problema serio, que surge en diferentes situaciones y suele ser bastante grave.

Dependiendo del caso, el problema puede llevar al animal a tener consecuencias muy graves. Por ello, al notar cualquier alteración en la mascota, llévela directamente al veterinario para que la examine.

La mayoría de las veces, cuando notes a tu mascota con un problema de locomoción, sólo será con alguna afección ortopédica o neurológica de solución más sencilla.

Sin embargo, hay excepciones y es necesario ser precavido y preventivo, tomándose siempre muy en serio esta situación.

Comprensión de la polirradiculoneuritis idiopática aguda

La polirradiculoneuritis idiopática aguda es la polineuropatía más comúnmente observada en perros y la más frecuente en la clínica.

Básicamente, se trata de un problema idiopático, que provoca inflamación, sobre todo en las ramas ventrales de los nervios raquídeos.

En algunos casos, el problema se manifiesta también en los nervios dorsales. Algo interesante que hay que decir es que se trata de una enfermedad presente en todo el mundo, que puede darse en animales de cualquier edad y raza.

Sin embargo, la afección es mucho más frecuente en adultos y la enfermedad también puede estar relacionada con enfermedades previas e incluso con vacunas.

Inicialmente, se observa en el animal una ligera debilidad en las extremidades posteriores, que acaba desembocando en una paresia flácida.

Cuando se produce una lesión en la neurona motora inferior, el animal ya no puede mover la extremidad y, por lo tanto, empieza a tener una disminución del tono muscular y una atrofia muscular que se desarrolla rápidamente.

En el examen neurológico se observa que los reflejos espinales están disminuidos o ausentes. Aun así, las funciones vesical y anal permanecen preservadas.

El diagnóstico no es sencillo y, el veterinario debe sospechar de la enfermedad cuando existan signos clínicos compatibles con una polineuropatía caudocraneal de rápido desarrollo.

En otras palabras, los signos observados comienzan en las extremidades posteriores de los animales y se desplazan lentamente hacia la cara con el paso del tiempo.

Aunque se observen estos signos, es necesario buscar la confirmación, eliminando otras posibles causas y tipos de polineuropatías.

Aunque no existe un tratamiento específico adecuado, hay opciones de terapia de apoyo que ayudan a mejorar la calidad de vida de la mascota.

Conclusión

Existen muchas causas de parálisis repentina, por lo que, al notar los primeros signos, es fundamental llevar a la mascota a la consulta de un médico veterinario para que analice el problema y realice un diagnóstico adecuado.


Devid Macrite

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