¿Se hace pis el perro cuando llegas a casa? ¡Aquí tienes algunos consejos!

¿Se hace pis el perro cuando llegas a casa? ¡Aquí tienes algunos consejos!

Devid Macrite

¿Quién no ha vivido la siguiente situación: llegas a casa después de un largo día de trabajo -o después de un viaje relámpago que no ha durado ni tres días-, llegas a casa, abres la puerta... tu perro descontrolado sale a tu encuentro, muy excitado, muy mono, le saludas y... el perro se hace pis por todo el suelo?

Es cierto. Hábitos como éste son muy comunes entre los perros. Especialmente con lo que llamamos el "boom de la humanización" de los perros, es más que normal ver esta situación hoy en día. Muchos dueños no saben qué hacer con esto: si se pelean, si se ríen, si lloran, si ignoran, si llevan a adiestrar.

Lo importante es que "el problemilla" está ahí y parece no tener solución. Sin embargo, cuando el perro se hace pis cada vez que te encuentra en la puerta la resolución es algo más sencillo de lo que parece. De hecho, está más relacionado con algo que haces tú (dueño) que con algo que esté haciendo el propio perro.

Y esa es una noticia que no a todo el mundo le gusta oír.

Dirigir cuando el cachorro hace pis

Cuando vamos a una clase de educación canina, lo primero que oímos es: tú eres el líder de tu perro. Tienes que ser el líder de tu manada.

Y nosotros, los seres humanos, que no estamos acostumbrados a las manadas. Estamos más acostumbrados a las comunidades, donde todos somos iguales. Por eso, no entendemos y muchas veces no nos gusta este concepto de manada. Incluso sentimos lástima y cierta repugnancia por nuestros perros. Pensamientos como "no, yo no voy a mandar a nadie" nos vienen mucho a la cabeza.

Pero tenemos que entenderlo: así es como funciona un perro.

No fue hecho biológicamente como ser humano. Nació y descendió de un linaje en el que, para sobrevivir y convivir bien, es necesario estar en manada. Es decir, en un grupo en el que hay, sí, liderazgo, jerarquía y respeto.

Por lo tanto, para el perro, no es una "humillación" estar sometido a usted. Al contrario, si se le conduce con seguridad, respeto y admiración, desempeña con gran satisfacción este papel, para él, el papel para el que ha nacido.

¿Entiendes la diferencia?

Bien, ahora que entendemos la diferencia, pasemos a la llamada "humanización" y cómo condujo al infame pis a la llegada.

Humanización

La humanización vino, precisamente, con la caída de este concepto de manada y liderazgo para los perros. Vino con la inserción de la idea de igualdad y comunidad para estos animales que no entienden este concepto. Al tratarlo como un igual, le das poder, porque, en la mentalidad canina, así es como funciona.

"Si tú tienes derecho a tus opciones, estupendo, ¡yo también tendré derecho a las mías!".

Y esto es muy peligroso cuando se trata de un animal irracional que obedece única y exclusivamente a sus instintos. Además, no querrán ser iguales. Como el concepto de manada sigue siendo algo predominante en su ADN, si no te manifiestas como líder, ese puesto lo ocupará ¿quién?

Por el propio perrito.

Y sí, no importa el tamaño ni la raza.

Ese pinscher al que le gusta ladrar mucho y avanzar sobre la gente, seguro que necesita un líder firme y muy asertivo, ya que, si por un segundo se transfigurara en un animal más grande, sería letal.

El pis como "válvula de escape" de la excitación

Una de nuestras reacciones más comunes -como seres humanos- cuando pasamos un tiempo fuera es saludar a los que están en casa con un fuerte abrazo.

Por lo tanto, automáticamente transferimos esto a nuestros perros que, naturalmente, devolverán este amor porque son animales cariñosos, a diferencia de algunos gatos, por ejemplo, que tienden a ser más independientes y seguros sobre su espacio y nuestro espacio también.

Sin embargo, si el líder humano presta toda esta atención en un momento en el que los animales bullen de excitación, es normal que esta excitación se descontrole y "se vaya a otra parte".

Cuando el perro hace pis significa una válvula de escape para toda la "emoción" que está pasando en ese momento.

Otra forma de ejemplificar esta "válvula de escape", es cuando tienes dos o más cachorros. Ten en cuenta que si alimentas la excitación en un grupo de perros, puede estallar una pelea entre ellos.

No sólo por celos de la atención, la pelea probablemente se desencadenó por el exceso de energía y excitación que había en la escena.

La animación desenfrenada, no controlada por un líder asertivo y tranquilo que pueda controlar la situación, da lugar a un pequeño "caos" desordenado, que provoca malestar físico y mental en los propios perros.

¿Cuál sería la solución?

Sencillo: si toda esta "emoción" no es alimentada por el líder, la tendencia es que, con el tiempo, se extinga.

Cuando llegues a casa, por difícil que sea este ejercicio (y sabemos lo difícil que es), intenta no prestar demasiada atención al perro en el primer momento, ten en cuenta que ya le darás la atención que necesita cuando se calme.

Entra en el recinto seguro, con firmeza y calma. No hace falta que mires al perro y tampoco que te sientas culpable. Recuerda: sólo le estás dando tiempo para que se calme, ¡no le estás ignorando!

Cuando esté más tranquilo (puede tardar unos minutos), puede saludarle. Sin embargo, mantenga la voz tranquila y con una energía constante. Intente no "bromear", ya que esto puede hacerle volver a su estado anterior de excitación.

Con esta actividad realizada repetidamente, le estarás enviando el mensaje de que apruebas el saludo tranquilo a la entrada de casa y le transmitirás que es necesario que se calme para que puedas saludarle.

Nuestra racionalidad ayuda en el ejercicio del papel de líder y los perros lo agradecen teniendo una vida aún más feliz y tranquila (¡y sin pipí!).


Devid Macrite

Queremos ser el primer recurso al que acuda para todas sus inquietudes relacionadas con los perros. Nuestros expertos veterinarios brindan a los dueños de perros consejos que ayudan a nuestros amigos de cuatro patas a llevar la vida que se merecen.

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